El pachón navarro es un perro español de origen antiguo que se dedicó a la caza menor en todo tipo de terrenos. A pesar de que fueron perros de gran popularidad, su éxito disminuyó, al punto de que la raza estuvo al borde de la extinción en la década de 1970. A partir de esta fecha se inició un programa de recuperación. También se conoce con el nombre de perdiguero navarro.
Su buen carácter ha convertido a este perro en una estupenda compañía. Por ello, si estás pensando en adoptarlo, sigue leyendo y descubre las características del pachón navarro.
Se trata de un perro más largo que alto, de aspecto rústico, compacto, cabeza grande, cráneo ancho, stop pronunciado y hocico recto, fuerte y cuadrado. Este hocico es de la misma longitud que el cráneo o un poco más corto. La nariz, muy característica, es amplia y dispone de fosas nasales grandes y bien abiertas, siendo esta una de las principales características del pachón navarro. Su color combina con el del manto. Los labios son colgantes y la mandíbula fuerte. Los ojos son de tamaño grande y de forma redondeada. Se disponen separados y pueden ser de color miel o castaño. Las orejas cuelgan hacia adelante, son anchas y de borde redondeado.
Por otro lado, el pecho también es ancho y las patas son cortas. La cola, de inserción media, es gruesa y tradicionalmente se ha cortado, aunque las prácticas de amputación cada vez se prohíben en más países, ya que no tienen ninguna justificación. Los pies son redondeados y cuentan con almohadillas grandes y fuertes. La piel es gruesa en buena parte del cuerpo y en algunas zonas forma pliegues y arrugas.
El pelo es corto, liso y duro. Se admite en diferentes colores, como el blanco y castaño o el blanco y negro.
Por último, son perros de talla mediana-grande, cuyo peso puede oscilar entre los 20 y los 30 kg. Las hembras acostumbran a ser algo más pequeñas.
El perro pachón navarro es, en general, dócil, tranquilo e inteligente. Igualmente destaca su sociabilidad ante las personas, pero, también, con otros perros. Resulta apto para la convivencia con los niños, pues con ellos suele mostrarse muy paciente y tolerante. Además, es muy fiel y cariñoso con sus cuidadores. Le gusta estar con ellos y no admite bien la soledad.
Por otra parte, son perros activos, fuertes y enérgicos, que se recomiendan preferentemente para familias activas y casas, aunque pueden adaptarse a la vida en la ciudad, siempre que se cubran todas sus necesidades. Tienen dotes para el aprendizaje, por lo que son relativamente fáciles de educar.
En primer lugar, es importante dedicarle tiempo, ya que no son perros que vayan a tolerar bien largos períodos de soledad. Hay que estimularlos tanto física como mentalmente a diario. Se pueden aprovechar sus habilidades para el rastreo a la hora de proponerles juegos que los estimulen. Por ejemplo, les será grato descubrir algún objeto o persona escondida guiándose por su olfato.
En cuanto a la salud, se trata de una raza bastante longeva y de gran resistencia, aunque algunos ejemplares presentan la nariz partida. Por otra parte, su mantenimiento es sencillo. Su pelaje corto no requiere más que cepillados de vez en cuando. Por supuesto, hay que proporcionarles las desparasitaciones, vacunaciones y revisiones que nos paute el veterinario. Para todo ello, en las clínicas veterinarias Mivet estaremos encantados de atender a tu nuevo mejor amigo.