La agresividad en gatos es uno de los problemas de comportamiento de los felinos que más preocupa a los cuidadores. No todos saben que tiene solución y que deben dirigirse a un experto en conducta felina, siempre tras descartar una enfermedad física.
Tipos de agresividad en gatos
La agresividad en los gatos puede clasificarse en distintos tipos según hacia quién se dirija. Básicamente se habla de:
- Agresividad hacia las personas: incluye la agresividad durante el juego y la denominada redirigida, en la que el gato ataca como reacción a un estímulo no vinculado a la persona. Por ejemplo, se asusta con un ruido y muerde a la persona más cercana.
- Agresividad entre gatos: como los gatos son muy territoriales puede darse en hogares con más de un felino o en el exterior cuando se encuentran dos individuos, normalmente dos machos en época de celo.
Por qué mi gato es agresivo
Hay más de una causa de la agresividad. Las principales son:
- Socialización inadecuada: el período más delicado para la socialización en los gatitos comprende de las dos hasta las ocho semanas. Si durante esta etapa no se les expone a todo tipo de estímulos, es más probable que en el futuro cuenten con menos herramientas para gestionar el estrés. Separar a los gatitos de su madre antes de las 8-10 semanas también es un factor de riesgo.
- Dolor: los gatos evitan mostrarse enfermos. Por eso a veces la única señal que hace sospechar de la presencia de una patología es la agresividad consecuencia de dolor o malestar.
- Estrés y miedo: un gato que no puede desarrollar las actividades que le son naturales acumula frustración y aquel que ante una amenaza no encuentra una vía de escape, atacará.
- Defensa de recursos: es la agresividad contra intrusos en su territorio. Se ve dentro y fuera del hogar.
- Gatas recién paridas: la madre va a defender a su camada si percibe alguna amenaza.
Cómo tratar la agresividad en gatos
A algunos cuidadores les resulta difícil afirmar «mi gato es agresivo». Por eso no buscan ayuda. Pero la agresividad en gatos es tratable. No hay que resignarse a convivir con el problema. En primer lugar, acude al veterinario. Hay que revisar al gato por si la agresividad se debiese a alguna enfermedad. Si está sano, podemos pensar en un problema de comportamiento. Es entonces cuando intervienen los expertos en conducta felina o etólogos de las Clínicas Veterinarias MiVet. Pueden ayudarte estas pautas generales, pero la agresividad es una reacción lo suficientemente grave como para ponerse en manos de profesionales:
- Revisa la rutina de tu gato y localiza los puntos conflictivos: cambios en el hogar, problemas con otros animales, escasez de recursos, etc.
- Elimina cualquier factor potencial de estrés.
- Utiliza feromonas apaciguadoras y realiza cualquier cambio paulatinamente.
- El enriquecimiento ambiental es fundamental. Los gatos necesitan espacio para correr, jugar, trepar, rascar o esconderse. Proporciónale rascadores y mobiliario suficiente.
- Debe tener fácil acceso al arenero, el alimento, el agua y contar con un espacio para aislarse sin que nadie lo moleste.
- Nunca le grites ni mucho menos le pegues. Déjalo solo.
- No lo fuerces a interaccionar contigo.
- No le permitas jugar con tus manos y redirígelo hacia sus juguetes.
- Cástralo.
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