La artrosis en perros es una enfermedad crónica que afecta al 20 % de los canes adultos. Se debe a la destrucción progresiva del cartílago articular, un tejido que recubre los huesos en las articulaciones. Con su pérdida los huesos rozan, causando mucho dolor al animal e impidiendo su movimiento normal. ¿Quieres saber más? En este artículo te contamos todo sobre la artrosis en perros mayores: causas, síntomas, diagnóstico y tratamiento.
Causas de artrosis en perros mayores
El origen de la artrosis canina puede ser muy diverso. De hecho, diferenciamos dos tipos de artrosis en perros según sus causas:
- Artrosis canina primaria: se produce una degeneración del cartílago como consecuencia del desgaste propio de la edad. Es la artrosis típica de los perros mayores y se manifiesta en varias articulaciones.
- Artrosis canina secundaria: aparece a cualquier edad en una sola articulación. Puede deberse a traumatismos, genética, malformaciones, obesidad, otras patologías articulares o ciertas enfermedades parasitarias.
Síntomas de artrosis en perros mayores
Ya conocemos las causas, pero ¿cómo detectar la artrosis en perros? Para detectar esta enfermedad es fundamental atender a los primeros síntomas.
Los síntomas de artrosis canina son muy inespecíficos y diferentes en cada perro, ya que dependen de las articulaciones afectadas y la evolución de la enfermedad. Son los siguientes:
- Disminución de la actividad general, desgana y reticencia al ejercicio.
- Cambios en la marcha, como correr con los pies traseros juntos.
- Limitación del movimiento, rigidez general, incapacidad para saltar y trepar.
- Cojera de una o varias patas.
- Alteraciones de comportamiento debido al dolor y la ansiedad.
Estos síntomas empeoran o son más visibles en ambientes fríos y húmedos, durante el ejercicio intenso o si el perro lleva una alimentación inadecuada. También pueden ser indicativos de otras enfermedades, por lo que es fundamental realizar un buen diagnóstico.
Diagnóstico de la artrosis en perros
Para diagnosticar la artrosis en perros, debemos tener en cuenta la historia clínica del animal, su edad, episodios de obesidad, alimentación, etc. Después, pasaremos a realizar un examen físico completo en el que observaremos su marcha y su movilidad. También palparemos las articulaciones para valorar su respuesta al dolor, la presencia de bultos o engrosamientos y la atrofia muscular.
Finalmente, suele realizarse un diagnóstico por imagen. Lo más común es hacer una radiografía, que proporciona información sobre cambios en la estructura ósea. Si es posible, se realiza una tomografía computarizada para observar cambios óseos más complejos. Además, es recomendable utilizar otras estrategias de diagnóstico para evaluar los tejidos blandos, como la resonancia magnética.
Tratamiento para la artrosis en perros
Si ya tienes el diagnóstico, seguro que te preguntas cómo tratar la artrosis en perros. A día de hoy, no existe una cura para esta enfermedad, por lo que el tratamiento consiste en reducir los síntomas y retrasar el progreso de la enfermedad. Estos son los métodos más empleados:
- Evitar el sobrepeso: la obesidad somete a las articulaciones a un esfuerzo adicional y aumenta el proceso de inflamación. Por ello, el mejor tratamiento para la artrosis canina es alcanzar un peso ideal mediante la alimentación y el ejercicio.
- Ejercicio regular de baja intensidad: limitar el ejercicio intenso, sustituyéndolo por paseos frecuentes y tranquilos que refuercen sus músculos sin lastimar las articulaciones. También es bueno que se mantenga activo en casa, gracias al enriquecimiento ambiental.
- Alimentación terapéutica: implantar una dieta equilibrada y adecuada para su edad, con los nutrientes necesarios para reforzar sus articulaciones. A menudo, se incluyen suplementos como el sulfato de glucosamina, el sulfato de condroitina o ácidos grasos omega 3, aunque no existe evidencia sobre su eficacia.
- Rehabilitación: el veterinario puede recomendarte una serie de ejercicios terapéuticos para aumentar la masa muscular, mejorar la movilidad y aumentar la tolerancia al ejercicio.
- Control del dolor: para aliviar al animal, se suelen recetar antiinflamatorios no esteroideos, como el carprofeno, el meloxicam o el firocoxib. También se debe valorar la administración de analgésicos, como el paracetamol.
- Cirugía: existen tratamientos quirúrgicos que permiten retrasar el progreso de la enfermedad, como la escisión de la cabeza y el cuello femorales (FHNE) o la artrodesis. También es posible reemplazar completamente la articulación, aunque no suele hacerse en perros mayores para evitar complicaciones.
El tratamiento de la artrosis en perros depende de cada animal, las causas de su enfermedad y la evolución de la patología. Por ello, nunca debemos medicar sin la supervisión de un veterinario. Para saber cómo ayudar a un perro con artrosis, busca tu clínica MiVet más próxima, donde te recomendemos un tratamiento personalizado para que tu mejor amigo consiga una vida plena.
Esperanza de vida de un perro con artrosis
La artrosis en perros ancianos es una enfermedad crónica y progresiva que continúa agravándose con el tiempo. Sin embargo, con un tratamiento adecuado, podemos ralentizar su progresión y conseguir una calidad de vida aceptable para el animal. Pero ¿cuánto vive un perro con artrosis?
Aunque afecta notablemente a su bienestar, esta enfermedad no es mortal. La esperanza de vida de un perro con artrosis puede ser tan larga como la de un perro sano. Bajo tratamiento, lo normal es que el perro con artrosis cumpla todos los años que le quedaban de vida.
Cómo evitar la artrosis en perros
La artrosis canina no se cura, pero se puede prevenir. Para ello, es muy importante evitar la obesidad y realizar ejercicio diariamente. También debemos darle una alimentación equilibrada, de calidad y adecuada a su edad. Los alimentos especiales para perros ancianos suelen incluir condroprotectores para preservar la salud de sus articulaciones.
En definitiva, si quieres evitar la artrosis en tu perro, dale un estilo de vida saludable. Además, si tu peludo ya es mayor, es muy aconsejable que le lleves al veterinario con frecuencia para revisar sus articulaciones. Así podrás detectar la enfermedad cuanto antes y evitar que empeore. Si ya has detectado cambios en su movimiento o estado de ánimo, consulta cuanto antes con un profesional.
{{cta(‘0ec2034b-c8ef-4a05-9819-478c4332e8b1′,’justifycenter’)}}