Las gatas son excelentes mamás y no necesitan mucha ayuda para cuidar a sus hijos. Sin embargo, deberemos echarles una mano en ciertos aspectos y, por supuesto, comprobar que todo va bien. ¿Quieres saber cómo? Te lo contamos en este artículo sobre los cuidados de una gata recién parida.
Cómo cuidar a una gata recién parida
Las gatas recién paridas tienen un gran instinto maternal y saben cuidar muy bien de sus pequeños. Durante varias semanas, se dedican exclusivamente a limpiarlos, protegerlos y darles de mamar. Por ello, nuestro papel debe reducirse a asegurar su tranquilidad, darle una alimentación adecuada, mantener la higiene del nido y revisar su estado de salud.
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Alimentación de una gata recién parida
Debido a la lactancia, una gata recién parida requiere gran cantidad de agua y alimento. Por este motivo, deberemos mantener sus cuencos de comida y bebida siempre llenos y junto al nido. La comida tiene que ser muy rica en grasas y proteínas, por lo que se recomienda suministrarle un pienso especial para la gestación o para cachorros.
Higiene del nido
La camita en la que se encuentran la gata y su camada debe encontrarse siempre limpia. Aunque ella misma intentará mantener la higiene del nido, es recomendable que le echemos una mano. Solo así podremos prevenir infecciones y parásitos. Por el mismo motivo, debemos evitar el contacto de la familia felina con otros animales.
Revisión de su estado de salud
En una gata recién parida es muy importante que aparezca el comportamiento maternal normal. Si observamos que el animal no cuida de los pequeños, es fundamental acudir a un veterinario, ya que podría existir alguna complicación.
Además, durante la lactancia, debemos revisar las mamas de la gata. Lo normal es que estén más o menos blandas y rosadas. Si observamos hinchazón, endurecimiento y enrojecimiento deberemos avisar a un veterinario. Así mismo, tendremos que comprobar que los gatos están mamando bien y que su madre no manifiesta dolor.
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Cuidados de una gata después de una cesárea
La cesárea es una operación que se realiza cuando aparecen complicaciones en el parto. Se basa en sacar a los gatitos directamente desde el vientre, por lo que deja una cicatriz en la mamá. En estos casos, es fundamental curar la herida cada día y mantenerla lo más seca posible.
Cuando los gatitos nacen por cesárea, es habitual que el veterinario nos recomiende una lactancia artificial. Así, se evita que los pequeños causen daños en la herida de su madre. Si esto ocurre, es muy importante que vigilemos el comportamiento y las mamas de la gata, ya que será más probable que aparezcan ciertas complicaciones.
Cuándo visitar al veterinario
Si observas cualquier anormalidad, tanto en la salud de la gata como en su comportamiento, es muy importante que llames a un veterinario. Los problemas durante el parto y la lactancia pueden llegar a ser muy graves si no se tratan a tiempo. En las Clínicas Veterinarias Mi Vet estaremos encantados de revisar el estado de salud de tu gata y sus pequeños.
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Bibliografía
England, G. C., & Heimendahl, A. V. (2010). BSAVA manual of canine and feline reproduction and neonatology (No. Ed. 2). British Small Animal Veterinary Association.