Aquellos que convivimos con un perro, sabemos lo difícil que es enfrentarse a los problemas de comportamiento. Algunos canes se vuelven incontrolables cuando aparece otro perro, un olor, una bici o, incluso, otras personas. Pero, ¿qué les pasa? Si observamos este comportamiento, puede que estemos ante un perro reactivo. En este artículo te contamos qué es un perro reactivo y cómo tratarlo.
Qué es un perro reactivo
Un perro reactivo es aquel que responde de manera muy brusca ante uno o varios estímulos leves. Si estos aparecen de manera repentina, la reacción del can suele ser aún más intensa. Esta respuesta puede ser agresiva, es decir, el perro se vuelve violento ante estímulos que no suponen ningún peligro. Un ejemplo sería la aparición de otro perro en la escena.
En la mayor parte de ocasiones, el comportamiento reactivo se debe al miedo. Los perros que han tenido malas experiencias cuando eran jóvenes, suelen asociarlas con determinados estímulos. Cuando esto sucede, el can reacciona de manera agresiva o huidiza cada vez que el estímulo aparece. Tan solo nos está indicando que tiene miedo y que quiere que su desencadenante desaparezca.
Otros perros tan solo desean jugar o acercarse hasta el estímulo, que puede ser un olor u otro perro. Sin embargo, a diferencia del resto de canes, lo muestran de una manera muy impulsiva. Puede suponer un problema porque, a menudo, asustan a otros perros y a sus dueños. Este comportamiento suele deberse al estrés, o bien, a que tuvieron una mala o nula socialización cuando eran cachorros.
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Cómo tratar a un perro reactivo
Ya sabemos identificar este tipo de comportamiento, pero ¿cómo controlar a un perro reactivo? El tratamiento de la reactividad puede ser complejo, ya que depende de cada perro y su experiencia. Sin embargo, siempre se basa en dos principios: modificar el ambiente del perro y darle una buena educación.
Entonces, ¿cómo educar a un perro reactivo? Antes de nada, es muy importante eliminar el estímulo desencadenante durante un tiempo. En ese periodo, debemos tranquilizar al perro. Para ello, nos aseguraremos de que sus necesidades biológicas están satisfechas. El perro debe estar bien estimulado, tanto física como mentalmente. Los canes que no realizan suficiente ejercicio o se aburren suelen tener problemas de comportamiento.
Posteriormente, le enseñaremos órdenes de obediencia básica. Cuando consideremos que el perro está listo, volveremos a exponerle, poco a poco, ante el estímulo. Llegado ese momento, le premiaremos cuando consiga controlar su impulso reactivo y nunca le castigaremos físicamente. La educación del perro debe basarse siempre en el refuerzo positivo. El castigo tan solo sirve para fortalecer el comportamiento agresivo.
Finalmente, debes tener en cuenta que el proceso de entrenamiento de un perro reactivo es muy complejo, por lo que podemos hacerlo mal o, incluso, empeorar la situación. Por este motivo, te recomendamos que acudas a un etólogo o especialista del comportamiento. Muchas de las Clínicas Veterinarias Mivet cuentan con etólogos profesionales que estarán encantados de ayudaros, tanto a ti como a tu mejor amigo. Por ello, te animamos a buscar la clínica veterinaria Mivet de tu provincia para comprobar si cuenta con este profesional.
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Fuentes
- Haug, L. I. (2008). Canine aggression toward unfamiliar people and dogs. Veterinary Clinics of North America: Small Animal Practice, 38(5), 1023-1041.