Vértigo en animales o síndrome vestibular

Enfermedades Noticias

Publicado octubre 22, 2024

Vértigo en animales o síndrome vestibular

Autor: Josep Oriol Puig Domingo, Director Técnico de Mallorca Veterinaris

Título de la inefable película de Hitchcock, también define una dolencia que afecta a las personas y a los animales. El vértigo en animales se manifiesta con la pérdida de la orientación en el espacio. En otras palabras, los pacientes describen que la habitación da vueltas o que lo que debería estar abajo, el suelo, está del revés.

Los animales también lo sufren, aunque no pueden explicar cómo se sienten. En medicina veterinaria denominamos el vértigo en animales como síndrome vestibular. En estos casos, los veterinarios sabemos interpretar los síntomas que nos permiten llegar a un correcto diagnóstico.

Síntomas del vértigo en animales o síndrome vestibular

Como consecuencia de esta desorientación, los perros y gatos que se presentan en consulta suelen mantener la cabeza ladeada. Supuestamente, para contrarrestar el error de orientación que sufren. Además, tienen tendencia a perder el equilibrio e intentan mantenerse tumbados para no caerse.

Cuando pueden moverse, es común que caminen en círculo, y cuando están estirados, en función de la gravedad de las lesiones, puede que giren sobre sí mismos. Son signos que en terminología médica anglosajona se describen como head tilt (ladear la cabeza), circling y rolling.

También es común que muevan los ojos involuntariamente de forma continuada (nistagmus) y que tengan mareo y náuseas. Por tanto, no quieren comer y, a veces, vomitan.

Veamos dos casos en los que recibimos en consulta animales con vértigos, qué pruebas realizamos para un correcto diagnóstico y qué tratamientos elegimos.

Causas y tratamientos comunes

Minion acudió a nuestro hospital de Manacor con un síndrome vestibular. Es un gato de tres años que presentaba los síntomas típicos de los vértigos en animales. ¿Pero cuál era su causa?

El síndrome vestibular puede estar producido por problemas intracraneales (hemorragias, tumores… ) o extracraneales, mayoritariamente problemas de oído. Por eso le hicimos una exploración con el otoscopio sin que detectáramos inflamación ni secreciones que coincidieran con una otitis externa.

También le hicimos un TAC de la cabeza, para determinar si había algún problema encefálico. Gracias a esta prueba, determinamos que el problema estaba en el oído interno que se esconde detrás del tímpano, y por tanto, no visualizable con el otoscopio.

La buena noticia es que tiene tratamiento. De modo que le empezamos a administrar antibióticos y antiinflamatorios, aparte de tratamiento para controlar el mareo y las náuseas. A los pocos días, empezó a mejorar y a día de hoy ya ha recuperado su aspecto normal. Come bien y es capaz de moverse con total libertad

Perla acudió al servicio de urgencias con la misma sintomatología. Cabeza ladeada, incapacidad para mantenerse de pie y nistagmus. Tenía los oídos impecables. La estabilizamos para hacerle el TAC craneal al día siguiente. Ella es una perrita Golden Retriever de trece años y la sedación que requieren nuestros pacientes para que se estén quietos durante la prueba, puede ser peligrosa.

Sorprendentemente, al día siguiente había mejorado drásticamente. El riesgo de realizar la prueba no compensaba saber qué le producía el vértigo. Además, con una mejora tan repentina, la causa más probable es un accidente vascular (embolia, hemorragia) en el encéfalo. Lo que no siempre puede verse en el TAC. Dimos de alta a Perla con tratamiento sintomático para que se pudiera ir a su casa. En estos casos hacemos un seguimiento ambulatorio para verificar que la recuperación es correcta y que no tenemos una recaída.

En conclusión, el vértigo en animales o síndrome vestibular es una condición tratable cuando se diagnostica correctamente y a tiempo. Los casos presentados en nuestra consulta veterinaria demuestran la importancia de una evaluación clínica exhaustiva y la intervención temprana, que permiten mejorar la calidad de vida del animal afectado. Con el tratamiento adecuado y un seguimiento constante, los animales pueden recuperarse satisfactoriamente, recuperando su equilibrio y bienestar general.