El golpe de calor en animales se manifiesta como un aumento de la temperatura corporal que puede dañar gravemente varios órganos e incluso puede ser fatal si no se trata rápidamente. A continuación, te explicamos cómo detectar si tu mascota está sufriendo un golpe de calor y qué hacer al respecto.
¿Cómo identificar un golpe de calor en animales?
El golpe de calor o hipertermia ocurre cuando el animal está expuesto a altas temperaturas y/o no puede regular su temperatura adecuadamente. Para saber si tu mascota sufre un golpe de calor, debes observarla de cerca, especialmente durante los días más calurosos.
Aquí te dejamos los síntomas más comunes:
- Confusión o aturdimiento.
- Respiración rápida y forzada.
- Dificultad para moverse, tambaleo o debilidad.
- Salivación excesiva, jadeos intensos, gemidos y encías muy rojas.
- Ansiedad que puede progresar a depresión, convulsiones.
- Lengua y mucosas muy rojas o azules.
- Piel caliente al tacto.
- Aumento de la frecuencia cardíaca.
- Diarrea.
- Tendencia a tumbarse sin querer levantarse.
Hay que tener en cuenta que en el caso de los perros, su temperatura corporal puede aumentar hasta 42 grados centígrados, cuando lo habitual es que esté entre 38 y 39 grados.
Y es que los perros no transpiran, es decir, no sudan como lo hacemos los humanos. Solo pueden eliminar el calor a través del jadeo (la respiración rápida típica de los perros), el sudor por las almohadillas de los pies y a través de zonas con poco pelo, como el abdomen.
¿A qué animales puede afectar un golpe de calor?
Los animales más afectados suelen ser los perros más que los gatos. Además, existen una serie de factores que influyen en que una mascota sea más propensa a sufrir un golpe de calor.
- Edad avanzada.
- Sobrepeso.
- Pelo negro o muy oscuro.
- Problemas respiratorios o cardíacos.
- Nariz chata (braquicéfalos) como bulldogs, carlinos, bóxer o pequinés.
- Falta de acceso a agua fresca o sombra.
¿Cómo actuar si tu mascota sufre un golpe de calor?
Si sospechas que tu mascota sufre un golpe de calor, contacta al veterinario de inmediato. Mientras tanto, intenta bajar su temperatura corporal sin hacerlo repentinamente. Evita baños de agua muy fría o el uso de hielo. En su lugar, sigue estos pasos:
- Ofrece cubitos de hielo para que los chupe.
- Moja al animal con agua tibia, usando paños húmedos para evitar cambios bruscos de temperatura.
- Coloca al animal cerca de un ventilador o en una zona ventilada.
- Humedece las almohadillas de las patas, ya que es la zona por la que se autorregula la temperatura. También debes humedecer el hocico, la cabeza, las axilas y el cuello.
- Proporciona agua en pequeñas cantidades para mantenerlo hidratado.
Aunque consigas bajar la temperatura, es crucial que un veterinario lo examine, ya que el golpe de calor puede causar daños graves en los órganos internos, como el cerebro, músculos, pulmones, hígado, riñones y sistema circulatorio.
Recomendaciones para evitar que tu mascota sufra un golpe de calor
Existen una serie de recomendaciones que pueden evitar que tu mascota sufra un golpe de calor. Te dejamos las más importantes a continuación:
- Proporciona siempre agua fresca.
- Evita la exposición directa al sol en horas de calor.
- Asegúrate de que tenga acceso a espacios amplios, ventilados y con sombra.
- Alimenta a tu mascota a primera o última hora del día.
- Pasea a tu mascota en las horas más frescas del día.
- Evita ejercicios intensos en horas de altas temperaturas.
- Mantén su pelaje adecuado para el verano.
- Usa accesorios refrescantes.
- Nunca lo dejes solo dentro de un coche o en lugares cerrados sin ventilación.
El golpe de calor en animales es una condición grave que puede tener consecuencias fatales si no se identifica y trata a tiempo. Reconocer los síntomas tempranamente y actuar rápidamente es crucial para la supervivencia y bienestar de tu mascota. Mantener una vigilancia constante durante los días calurosos, proporcionar un entorno adecuado y seguir las recomendaciones de prevención puede marcar la diferencia. En caso de sospecha de golpe de calor, la intervención rápida y el contacto inmediato con un veterinario son esenciales para minimizar el riesgo de daños graves en los órganos internos de tu mascota.