Las bolas de pelo en gatos son un problema relativamente frecuente. Como seguro habrán notado todos los cuidadores de gatos, estos pasan buena parte de su tiempo dedicados al autoacicalamiento. Este consiste en pasar su áspera lengua por todos los rincones de su cuerpo para eliminar cualquier suciedad. No es difícil entender que durante este proceso el gato ingiere una gran cantidad de pelo que en su sistema digestivo puede llegar a formar las conocidas bolas de pelo o, más técnicamente, tricobezoares. Estos pueden causar molestias de mayor o menor intensidad.
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Síntomas de obstrucción por bolas de pelo en gatos
En ocasiones, los cuidadores de gatos observan que su felino vomita bolas de pelo. Este signo ya debería servir para ponernos en alerta. El pelo digerido debería eliminarse con las heces. Los vómitos frecuentes no son normales y sí motivo de consulta veterinaria. Sabemos que un exceso de pelo en el sistema digestivo puede acabar en la formación de bolas, al mezclarse este con alimentos y jugos gástricos.
Las bolas pueden alcanzar un tamaño tal que lleguen a provocar una obstrucción. En este caso, actuarán como cuerpos extraños y, según si la obstrucción es total o parcial, pueden desencadenar diferentes síntomas. como:
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Dificultades para defecar.
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Estreñimiento.
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Dolor abdominal.
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Anorexia.
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Apatía.
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Deshidratación.
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Vómitos.
Si detectamos cualquiera de estos signos en nuestro gato, debemos acudir al veterinario sin perder tiempo.
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Qué hacer en caso de obstrucción por bolas de pelo en gatos
La obstrucción del sistema digestivo a causa de la formación de bolas de pelo es una alteración de la salud que debe resolver el veterinario. En Veterplus La Caleta atenderán a tu gato y le realizarán las pruebas necesarias para el diagnóstico, como radiografías y ecografías. Una vez identificados los tricobezoares y su localización, iniciarán el tratamiento más adecuado.
En estos casos, este va a depender de si la obstrucción es completa o parcial y de su gravedad. De lo que se trata es de aliviarla eliminando las bolas, ya sea como vómitos o con las heces. Esto puede hacerse de diferentes maneras en función de la gravedad. En los casos más leves, podrá resolverse solo con un manejo dietético. Otras veces es imprescindible rehidratar al gato. Para ello, habrá que ingresarlo y administrar fluidos por vía intravenosa. Además de mejorar su estado clínico, se favorece el tránsito intestinal.
Pero en los casos más graves estas medidas pueden resultar insuficientes. No quedará más remedio entonces que recurrir a una intervención quirúrgica para extraer las bolas de pelo directamente, tras estabilizar al gato.
Las obstrucciones pueden provocar graves daños en el sistema digestivo, como la necrosis o muerte de los tejidos. Por ello, son consideradas urgencias. Solo el veterinario podrá decidir el tratamiento necesario y las medidas más adecuadas para evitar recaídas. Un pilar básico es escoger un alimento de calidad y mantener al gato bien hidratado. Una obstrucción sin tratar puede causar la muerte, de ahí la importancia de prevenir la formación de estas bolas y de buscar rápida asistencia veterinaria ante el primer síntoma.
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