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Pancreatitis en gatos: causas, síntomas y tratamiento

Publicado el 11/12/2025

Pancreatitis en gatos: causas, síntomas y tratamiento

La pancreatitis en gatos es una enfermedad más frecuente de lo que se suele pensar y, sin embargo, muchas veces pasa desapercibida por sus síntomas poco específicos. Detectarla a tiempo es crucial para evitar complicaciones graves, como el daño permanente del páncreas o la aparición de enfermedades secundarias como la diabetes. En este artículo te explicamos en detalle qué es, cuáles son sus causas, cómo reconocer sus síntomas, los tratamientos disponibles y cómo se puede prevenir.

¿Qué es la pancreatitis en gatos?

La pancreatitis es una inflamación del páncreas, un órgano clave en la digestión y en la regulación de la glucosa en sangre. El páncreas produce enzimas digestivas que ayudan a descomponer los alimentos, así como hormonas como la insulina. Cuando estas enzimas se activan antes de tiempo dentro del órgano, pueden empezar a digerir el propio tejido pancreático, causando daño e inflamación.

La enfermedad puede presentarse de forma aguda o crónica. En la forma aguda, los síntomas aparecen de manera repentina y pueden ser graves. En la pancreatitis crónica, los signos son más leves pero persistentes y pueden causar daño progresivo al páncreas. Esta condición afecta tanto a gatos adultos como jóvenes y puede derivar en complicaciones si no se trata a tiempo.

¿Cuáles son las causas de la pancreatitis felina?

Identificar la causa exacta de la pancreatitis en gatos no siempre es posible. Los veterinarios clasifican muchas pancreatitis como idiopáticas, es decir, sin una causa identificable. 

Sin embargo, se han reconocido varios factores de riesgo que pueden contribuir a su aparición. Estos son algunos de los factores frecuentes que se deben considerar:

  • Alimentación rica en grasas: Aunque los gatos toleran mejor las grasas que los perros, una dieta muy grasa puede desestabilizar el funcionamiento pancreático.
  • Valores altos de triglicéridos o calcio: Estas alteraciones en sangre pueden interferir en el funcionamiento normal del páncreas.
  • Infecciones: Enfermedades como la toxoplasmosis o la inmunodeficiencia felina (VIF) pueden estar implicada así como bacterias intestinales que “cuelan” por el colédoco(conducto que va del páncreas al intestino).
  • Medicamentos: Algunos fármacos, especialmente anestésicos y antibióticos, están relacionados con la aparición de pancreatitis.
  • Trastornos digestivos o hepáticos previos: Problemas como la colangitis o enfermedades inflamatorias intestinales (IBD) están asociadas con cuadros pancreáticos.
  • Traumatismos: Golpes en el abdomen o caídas pueden afectar la integridad del páncreas.

Síntomas: ¿cómo reconocer la pancreatitis en un gato?

Los gatos tienen una gran capacidad para ocultar el dolor, lo que dificulta la detección temprana de la pancreatitis. A menudo los síntomas son sutiles y pueden confundirse con otras patologías digestivas o generales. Estos son algunos de los más comunes:

  • Falta de apetito: El gato deja de comer repentinamente o reduce significativamente su ingesta.
  • Letargo o debilidad: Se muestra apático, duerme más de lo habitual y evita el juego o el contacto.
  • Vómitos: Aunque no siempre están presentes, son una señal importante en casos moderados a graves.
  • Dolor abdominal: El gato puede reaccionar al tacto en el abdomen o adoptar posturas para aliviar el dolor.
  • Deshidratación: Las encías secas o pegajosas pueden indicar pérdida de fluidos.
  • Diarrea: En algunos casos acompaña a otros signos digestivos.
  • Ictericia: En fases avanzadas, puede observarse una coloración amarillenta en mucosas.

¿Cómo es el diagnóstico? Pruebas y procedimientos

Detectar la pancreatitis en gatos puede ser un desafío clínico, ya que los síntomas de un gato enfermo no siempre son claros y hay otras patologías que cursan de forma similar. Por eso, el diagnóstico requiere un abordaje combinado.

Exploración física y evaluación clínica

El veterinario comenzará con una exploración general, evaluando signos como la temperatura corporal, el nivel de hidratación, el dolor abdominal y el estado general del gato. Esta primera evaluación ayuda a determinar la urgencia de las pruebas complementarias.

Además, se valorarán antecedentes médicos, comportamiento reciente y cambios en los hábitos del animal para establecer un cuadro clínico más preciso. Una exploración minuciosa permite identificar signos sutiles que podrían pasar desapercibidos a simple vista.

Análisis de sangre

Se analizan parámetros generales (glucosa, albúmina, leucocitos, etc.) y enzimas específicas como la lipasa pancreática felina (fPLI), que es una de las pruebas más fiables para detectar pancreatitis. Un valor elevado puede confirmar la sospecha clínica.

Además, se pueden evaluar alteraciones secundarias como anemia, hipocalcemia o hipoalbuminemia, que ayudan a valorar la gravedad del cuadro. Estas pruebas también son útiles para descartar otras patologías que presenten signos similares.

pancreatitis en gatos

Ecografía abdominal

Permite observar estructura pancreática, su tamaño del páncreas, acumulaciones de líquido e inflamación, cambios en tejidos adyacentes..

También puede mostrar hiperecogenicidad de la grasa mesentérica o presencia de líquido libre abdominal, datos que refuerzan el diagnóstico. Aunque no es infalible, la ecografía es una herramienta muy valiosa cuando se combina con otros hallazgos clínicos y de laboratorio.

Otras pruebas

En algunos casos se recurre a radiografías, pruebas serológicas o incluso biopsias pancreáticas para confirmar el diagnóstico o descartar otras afecciones concurrentes.

Las radiografías pueden detectar signos indirectos como desplazamientos de órganos o efusión abdominal. En situaciones complejas, estas pruebas adicionales ayudan a tener una visión completa del estado de salud del gato y definir mejor el plan terapéutico.

¿Cuál es el tratamiento de la pancreatitis en gatos?

El tratamiento depende de la gravedad del caso, pero en todos los escenarios el objetivo es estabilizar al gato, controlar el dolor, rehidratar y restablecer su nutrición. La hospitalización suele ser necesaria en casos moderados y graves.

Terapia sintomática y de soporte

  • Fluidoterapia intravenosa: Restablece los líquidos perdidos por vómitos, diarrea o inapetencia. Además, permite mantener la presión arterial y mejorar la función de órganos vitales.
  • Analgésicos: Medicamentos como la buprenorfina se utilizan para aliviar el dolor sin afectar la función hepática o renal. Su aplicación regular mejora la comodidad del gato y facilita la recuperación.
  • Antieméticos: Se administran para frenar las náuseas y los vómitos, facilitando la alimentación. Esto también previene la deshidratación y el deterioro nutricional.
  • Antibióticos: En casos de infección secundaria o complicaciones sistémicas. Se seleccionan según la sospecha clínica o pruebas complementarias para asegurar su eficacia.

Nutrición temprana

Se prioriza la alimentación por vía enteral para evitar la atrofia intestinal y mejorar la recuperación. En gatos que no comen por sí mismos, puede colocarse una sonda nasoesofágica o esofágica. Las dietas deben ser altas en proteínas, fácilmente digestibles y adaptadas a las necesidades individuales del paciente.

Pronóstico y recuperación

El pronóstico de la pancreatitis felina varía en función de la gravedad del cuadro y de la rapidez con que se inicie el tratamiento. En casos leves a moderados tratados a tiempo, la recuperación es completa en la mayoría de los gatos. Sin embargo, cuando hay daños severos en el páncreas o complicaciones sistémicas, el pronóstico puede ser reservado.

Algunos gatos pueden desarrollar pancreatitis crónica, lo que implica un seguimiento periódico, control del dolor y ajustes nutricionales. Además, se deben controlar posibles secuelas como la diabetes mellitus o la insuficiencia pancreática exocrina.

pancreatitis en gatos

¿Se puede prevenir la pancreatitis felina?

La prevención de la pancreatitis en gatos no siempre es posible, ya que en muchos casos no se identifica una causa clara. Aun así, existen medidas que ayudan a reducir los riesgos.

  • Evitar dietas ricas en grasas: Mantener una alimentación equilibrada y de calidad es clave.
  • Controlar el peso: La obesidad es un factor de riesgo común en muchas enfermedades felinas, incluida la pancreatitis.
  • Revisar los medicamentos: Consulta con tu veterinario antes de administrar cualquier tratamiento, especialmente si es crónico.
  • Chequeos regulares: Las revisiones periódicas permiten detectar signos sutiles antes de que la enfermedad avance.
  • Evitar el acceso a sustancias tóxicas: Productos domésticos o alimentos humanos pueden dañar el sistema digestivo del gato.

La pancreatitis en gatos es una patología seria pero tratable si se detecta a tiempo. Estar atentos a los signos más sutiles, actuar rápido ante cualquier cambio en el comportamiento del animal y seguir las indicaciones veterinarias puede marcar una gran diferencia en el pronóstico. Con un tratamiento adecuado, soporte nutricional temprano y cuidados preventivos, muchos gatos afectados por pancreatitis pueden recuperar su salud y calidad de vida.