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Problemas de hígado en perros mayores

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El hígado es un órgano de vital importancia, ya que se encarga de realizar funciones imprescindibles para el organismo. Sintetiza enzimas, proteínas, elimina productos de desecho, participa en la coagulación de la sangre, etc., de ahí que cualquier fallo en su funcionamiento pueda tener repercusiones importantes para la salud del perro. 

 

Con la edad es recomendable que, como mínimo, una vez al año llevemos al perro al veterinario para una revisión general en la que, a través de una muestra de sangre, se controlen los parámetros que permiten obtener información sobre el estado del hígado. De esta forma, puede iniciarse un tratamiento precoz, ya que muchas de las patologías que afectan a este órgano comienzan con síntomas tan inespecíficos que pueden pasarnos desapercibidos hasta que el daño está ya muy avanzado. Conoce los principales problemas de hígado en perros mayores en este artículo.

 

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Insuficiencia hepática

 

La insuficiencia hepática se define como la incapacidad del hígado para desarrollar su funcionamiento habitual. Se trata de una denominación genérica, ya que el fallo puede estar provocado por diferentes causas. El problema es que los signos clínicos que nos pueden poner en alerta comienzan siendo muy inespecíficos. Esto quiere decir que es posible que pasen desapercibidos por parecer leves o que sean similares a los de otras enfermedades, con lo que el diagnóstico se retrasa. Además, algunos pueden relacionarse con la edad avanzada del perro, sin que se le dé la importancia suficiente como para ir al veterinario. Así, la insuficiencia hepática puede comenzar con pérdida del apetito, adelgazamiento y vómitos o diarrea, que se presentan de manera crónica, pero intermitente. También puede detectarse polidipsia y poliuria, es decir, un aumento en el consumo de agua y en la eliminación de orina. Cualquiera de estos signos es motivo de consulta. 

 

En un perro mayor no podemos esperar a que se resuelvan por sí mismos o limitarnos a achacarlos a la edad. Un hígado en estas primeras fases de daño se inflama y agranda. Sus células se van muriendo progresivamente y se sustituyen por tejido cicatricial. Este proceso acaba por endurecerlo y dañarlo irreversiblemente. Es la denominada cirrosis, cuyos signos clínicos se detectan cuando el porcentaje de células hepáticas muertas ya es muy elevado. 

 

Síntomas de insuficiencia hepática

 

Los signos suficientemente específicos como para apuntar a una insuficiencia hepática son:

  • Ictericia: la bilis se acumula en la sangre y en los tejidos, que se vuelven de una tonalidad amarillenta. Sobre todo, lo notaremos en los ojos y en las mucosas. Además, la orina será de color té.

  • Encefalopatía hepática: es la inflamación del cerebro a consecuencia de la acumulación en la sangre de amoníaco, resultado del metabolismo de las proteínas, y de otras toxinas que debería haber eliminado el hígado. Se manifiesta por descoordinación, debilidad, desorientación, cambios en el comportamiento, hipersalivación, estupor e incluso coma.

  • Ascitis: se trata de la acumulación de líquido en el abdomen. Se relaciona con un bajo nivel de proteínas séricas, además del aumento de la tensión en las venas que se encargan de transportar la sangre hasta el hígado. 

  • Hemorragias espontáneas: se producen, sobre todo, en el tracto digestivo y en el urinario. La sangre puede detectarse en el vómito, las heces, la orina o las encías, que presentarán puntitos. También es posible encontrar hematomas.

  • Edemas: asociados a la desnutrición paulatina que va sufriendo el perro y a la disminución de los niveles de proteínas séricas. Además de la ascitis, en la parte inferior de las patas también se acumulan los líquidos.

 

Enfermedades que provocan insuficiencia hepática en perros mayores0

 

Son múltiples las causas que pueden provocarle a un perro una insuficiencia hepática. Ante la menor sospecha, hay que contactar con el veterinario. Los profesionales de las Clínicas Veterinarias Mivet examinaremos al perro y le realizaremos las pruebas necesarias, como analíticas de sangre o ecografías, para encontrar la enfermedad que está afectando al hígado y así prescribir el tratamiento y el seguimiento adecuados. 

 

En cuanto a las enfermedades de hígado en perros mayores que pueden desencadenar este fallo, estas son las patologías que repercuten con mayor frecuencia:

 

  • Leptospirosis: enfermedad bacteriana que puede provocar fiebre, anorexia, vómitos, letargia, depresión, dolores musculares, diarrea, sangre en la orina, ictericia, problemas de coagulación, hemorragias, etc. Principalmente daña los riñones y el hígado. Requiere tratamiento veterinario y existe vacuna para prevenirla.

  • Filariosis: enfermedad parasitaria causada por filarias, que son lombrices transmitidas por mosquitos, por eso afectan más a perros que viven al aire libre. Las lombrices se alojan en el ventrículo derecho, las arterias pulmonares, la aurícula derecha y las venas cavas y hepáticas. En este último caso es cuando causan insuficiencia hepática, con ictericia, ascitis y hemorragia. El tratamiento es complejo, por lo que la mejor opción es la prevención.

  • Síndrome de Cushing o hiperadrenocorticismo: enfermedad debida a una exposición prolongada a elevados niveles de glucocorticoides. El que se produce espontáneamente es más frecuente en perros mayores. Se manifiesta con pérdida de pelo bilateral y simétrica, abdomen colgante, letargia, disminución de la actividad física, reducción de la masa muscular, debilidad, polidipsia, poliuria, formación de trombos, etc., e incluye problemas a nivel hepático. Existe medicación.

  • Diabetes: más frecuente en perros a partir de los 6-9 años. Se debe a una inadecuada producción de insulina y se presenta con múltiples signos clínicos, como poliuria, polidipsia, deshidratación, polifagia seguida de anorexia, adelgazamiento, vómitos, debilidad, cataratas, cetoacidosis, etc. El hígado también puede verse afectado, aumentando de tamaño. Se requiere tratamiento con insulina y control de la dieta y el manejo.

 

Tumores

 

El cáncer es más frecuente en perros de mediana y avanzada edad. El hígado es uno de los órganos donde pueden encontrarse tumores primarios, es decir, que crecen en el propio hígado, o metastásicos, que son los que proceden de la extensión de tumores primarios en otras localizaciones. Los signos inespecíficos que suelen producir pueden retrasar el diagnóstico, de ahí la importancia de acudir al veterinario en cuanto nuestro perro mayor presente cualquier pequeña anomalía o, como mínimo, una vez al año. En ocasiones, los tumores primarios pueden extraerse quirúrgicamente, pero si están muy avanzados, el pronóstico será reservado.

 

Fármacos

 

No es extraño que los perros mayores consuman fármacos para el tratamiento de diversas patologías. Algunos de ellos pueden tener como efecto secundario el daño hepático. Son medicamentos tan utilizados como antibióticos, antifúngicos, antiparasitarios, diuréticos, analgésicos o corticosteroides. Los problemas de hígado en perros mayores a causa de estas ingestas pueden ser temporales y remitir al cortar el tratamiento, pero igualmente será el veterinario quien deba valorar el daño producido.

 

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