
La displasia de cadera en perros es una enfermedad articular degenerativa que afecta a muchas razas, especialmente a las de tamaño mediano y grande. Se trata de una malformación en la articulación de la cadera que puede provocar dolor, cojera y pérdida de movilidad. Detectarla a tiempo y aplicar un tratamiento adecuado es clave para mejorar la calidad de vida de tu mascota. En este artículo te explicamos todo lo que necesitas saber sobre la displasia de cadera en perros, sus síntomas, causas y opciones de tratamiento.
¿Qué es la displasia de cadera en perros?
La displasia de cadera es una enfermedad de origen genético en la que la articulación de la cadera no se desarrolla correctamente. Esto provoca una incongruencia entre la cabeza del fémur y el acetábulo, lo que con el tiempo genera desgaste del cartílago articular, inflamación y dolor. Aunque es una afección con factores hereditarios, cuestiones como la alimentación, el crecimiento acelerado y el sobrepeso pueden agravarla. Además, está entre las causas de la osteoartritis de perros.
Síntomas a los que debes prestar atención
Los signos clínicos pueden variar según el grado de afectación y la edad del perro. En muchos casos, los síntomas aparecen entre los 4 y 12 meses de edad, aunque algunos perros pueden no mostrar signos hasta la edad adulta. Los principales síntomas de la displasia de cadera en perros son:
- Cojera o rigidez, especialmente después de descansar.
- Dificultad para levantarse o subir escaleras.
- Postura anormal o caminata en «bamboleo».
- Dolor al tocar la zona de la cadera.
- Pérdida de masa muscular en las patas traseras.
- Menos ganas de correr, saltar o jugar.
Si notas alguno de estos síntomas en tu perro, es fundamental acudir a un veterinario para realizar un diagnóstico adecuado.
¿Cómo se realiza el diagnóstico?
El diagnóstico de la displasia de cadera en perros se basa en la observación de los síntomas, el examen físico y pruebas radiográficas. El diagnóstico temprano es clave para aplicar un tratamiento adecuado y mejorar la calidad de vida del perro. El veterinario realizará:
- Exploración clínica: Evaluación de la marcha, flexibilidad de la cadera y reacción ante la palpación.
- Radiografías: Se realizan con sedación para evaluar la forma de la articulación y el grado de degeneración.
- Pruebas adicionales: En algunos casos, pueden recomendarse pruebas como la tomografía computarizada o resonancia magnética.
Tratamientos para la displasia de cadera en perros
El tratamiento depende del grado de la displasia y del nivel de dolor que presente el perro. Existen opciones conservadoras (sin cirugía) y quirúrgicas.
Tratamiento conservador
Para casos leves o en perros jóvenes, se pueden aplicar medidas que ayuden a mejorar la movilidad y reducir el dolor:
- Control del peso: Evitar el sobrepeso es esencial para reducir la carga sobre las articulaciones.
- Ejercicio moderado: Paseos controlados y natación pueden fortalecer los músculos sin dañar la articulación.
- Suplementos articulares: Condroprotectores como la glucosamina y condroitina pueden ayudar a proteger el cartílago.
- Fisioterapia y rehabilitación: Masajes, láser, hidroterapia o acupuntura pueden mejorar la movilidad y reducir la inflamación.
- Analgésicos y antiinflamatorios: Bajo prescripción veterinaria, pueden aliviar el dolor y mejorar la calidad de vida.
Tratamiento quirúrgico
En casos graves o cuando el dolor es severo, se pueden considerar diversas opciones quirúrgicas. El veterinario determinará la mejor opción según el caso de cada perro.
- Osteotomía triple de cadera (OTC): Se realiza en perros jóvenes con articulaciones aún en desarrollo.
- Resección de la cabeza femoral: Indicada en razas de perro pequeñas y medianas, elimina el contacto doloroso entre huesos.
- Prótesis de cadera: Es la opción más avanzada y efectiva para devolver la movilidad a perros con displasia severa.
¿Se puede prevenir la displasia de cadera en perros?
Si bien esta enfermedad es genética, hay algunas medidas que pueden reducir el riesgo o retrasar la aparición de la displasia:
- Seleccionar criadores responsables: Evita adquirir perros de líneas genéticas con antecedentes de displasia.
- Alimentación equilibrada: Un crecimiento demasiado rápido en cachorros puede predisponer a problemas articulares.
- Evitar el sobrepeso: Un peso adecuado reduce la carga sobre las caderas y disminuye el desgaste articular.
- Ejercicio adecuado: Evita actividades de alto impacto en perros en crecimiento, como saltos excesivos o correr en superficies duras.
- Revisiones veterinarias periódicas: Un diagnóstico temprano puede marcar la diferencia en el tratamiento y calidad de vida.
La displasia de cadera canina es una enfermedad común en muchas razas, pero con un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado, se puede mejorar significativamente la calidad de vida de tu mascota. Si notas síntomas como cojera, dificultad para moverse o pérdida de actividad en tu perro, consulta con un veterinario de confianza.
En MiVet contamos con un equipo especializado en ortopedia y traumatología que puede ayudarte a encontrar el mejor tratamiento para tu perro. No dudes en visitarnos y brindarle a tu mascota la atención que necesita.