La dermatitis atópica en gatos es una de las enfermedades cutáneas más comunes y preocupantes en estos animales. Se trata de una condición inflamatoria crónica que puede afectar gravemente su calidad de vida si no se trata adecuadamente. Te explicamos todo lo que necesitas saber sobre los síntomas, causas y tratamientos para esta afección, con el objetivo de ayudarte a cuidar mejor a tu gato.
¿Qué es la dermatitis atópica en gatos?
Al igual que la dermatitis atópica en perros, la dermatitis atópica felina es una enfermedad alérgica de origen inmunológico. Ocurre cuando el sistema inmunitario del gato reacciona de manera exagerada ante ciertos alérgenos del entorno, como ácaros del polvo, polen o incluso alimentos. Esta respuesta provoca inflamación de la piel, enrojecimiento y picor intenso, lo que genera malestar en el animal.
No debe confundirse con la dermatitis alérgica por pulgas, aunque los síntomas pueden ser parecidos. Sin embargo, esta es una hipersensibilidad que ocurre cuando el gato es picado por una pulga (basta una picadura para desencadenar la reacción). Los síntomas incluyen picor intenso, lesiones costrosas, pérdida de pelo y piel enrojecida, especialmente en la base de la cola, muslos y abdomen. También es muy frecuente y se trata con tratamientos antipulgas como pipeta, collar o pastillas.
Las 3 causas principales de la dermatitis atópica en gatos
Aunque la dermatitis atópica en gatos puede aparecer a cualquier edad, es más frecuente en animales jóvenes, entre 6 meses y 3 años. También se ha observado cierta predisposición genética en algunas razas, como los gatos siameses y los birmanos. De todos modos, existen unas causas detrás de esta enfermedad que es recomendable conocer.
Factores ambientales
Los alérgenos presentes en el entorno son una de las principales causas de la dermatitis atópica. Entre ellos se encuentran:
- Ácaros del polvo.
- Polen de plantas y árboles.
- Moho o esporas de hongos.
- Sustancias químicas en productos de limpieza o perfumes.
Alimentos
Aunque menos frecuente, algunos gatos pueden desarrollar alergias alimentarias que desencadenan síntomas similares a los de la dermatitis atópica. Ingredientes como el pollo, la soja o los lácteos pueden ser los responsables.
Predisposición genética
Como mencionamos antes, ciertas razas tienen mayor probabilidad de sufrir esta enfermedad debido a factores hereditarios.
Aún conociendo las causas, no siempre es posible prevenir esta enfermedad, pero hay acciones que pueden ayudar a reducir el riesgo:
- Proporcionar un entorno limpio y libre de alérgenos.
- Realizar revisiones veterinarias regulares.
- Alimentar al gato con una dieta equilibrada y de calidad.
- Envasar el alimento herméticamente para evitar crecimiento de ácaros de almacenamiento.
- Observar cualquier cambio en la piel o el comportamiento del gato para actuar de inmediato.
¿Qué síntomas presenta la dermatitis atópica en gatos?
Reconocer los síntomas de la dermatitis atópica es fundamental para actuar a tiempo. Los signos más comunes incluyen:
- Picor y rascado excesivo. El picor es el principal síntoma de esta enfermedad. Los gatos afectados suelen rascarse de manera constante, lo que puede provocar lesiones en la piel.
- Enrojecimiento e inflamación de la piel. Las zonas más afectadas suelen ser la cara, las orejas, el abdomen y las patas.
- Pérdida de pelo. El rascado y el lamido excesivo pueden provocar alopecia en las áreas afectadas.
- Heridas y costras. En casos más avanzados, las lesiones pueden infectarse, formando costras y supuraciones.
- Cambios en el comportamiento. Un gato con dermatitis atópica puede mostrarse más irritable o apático debido al malestar que experimenta.
Si notas que tu gato se rasca en exceso, tiene zonas de piel enrojecidas o presenta caída del pelo, es importante acudir al veterinario cuanto antes. Un diagnóstico precoz puede marcar la diferencia en el control de esta enfermedad.
¿Cómo es el diagnóstico?
El diagnóstico diferencial de esta condición no siempre es sencillo, ya que los síntomas pueden confundirse con otras enfermedades cutáneas, como la sarna o las infecciones por hongos. Por ello, es fundamental acudir a un veterinario especializado.
Pruebas comunes para el diagnóstico:
- Historial clínico: el veterinario preguntará sobre los síntomas, el entorno y la dieta del gato.
- Examen físico: una revisión detallada de la piel y el pelaje.
- Pruebas diagnósticas de alergia: se pueden realizar tests intradérmicos o análisis de sangre para identificar los alérgenos responsables.
- Dieta de eliminación: si se sospecha de alergias alimentarias, se probará una dieta hipoalergénica.
Los 4 tratamientos de la dermatitis recomendados
Aunque no existe una cura definitiva para la dermatitis atópica, los tratamientos disponibles pueden ayudar a controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida del gato.
1. Control de alérgenos
Reducir la exposición a los alérgenos ambientales es clave para minimizar los brotes. Algunas medidas incluyen:
- Limpiar frecuentemente el hogar para eliminar ácaros y polvo.
- Usar productos de limpieza hipoalergénicos.
- Evitar el acceso del gato a zonas con plantas o moho.
2. Medicación
- Antihistamínicos: ayudan a reducir el picor.
- Corticoides: se utilizan en casos más graves para controlar la inflamación.
- Inmunoterapia: consiste en la administración de vacunas específicas para desensibilizar al gato frente a los alérgenos.
3. Cuidados tópicos
El uso de champús y cremas medicadas puede aliviar la irritación y mantener la piel hidratada.
4. Dieta especializada
En caso de alergias alimentarias, el veterinario puede recomendar una dieta hipoalergénica o basada en proteínas hidrolizadas.
La dermatitis atópica en gatos es una afección que requiere atención y cuidados constantes, pero con el tratamiento adecuado, tu gato puede llevar una vida cómoda y feliz. Desde MiVet te recomendamos consultar siempre con un especialista para determinar el mejor plan de acción adaptado a las necesidades de tu mascota.