Enfermedades

Pancreatitis en perros: síntomas y tratamiento

Publicado el 06/11/2025

Pancreatitis en perros: síntomas y tratamiento

La pancreatitis en perros es una inflamación del páncreas, un órgano que desempeña funciones clave tanto en la digestión como en el metabolismo del azúcar. Esta afección puede presentarse de forma aguda y grave o de modo más leve y progresivo, y requiere atención veterinaria para evitar complicaciones.

En este artículo vamos a abordar en profundidad qué es la pancreatitis en perros, cuáles son sus causas, cómo identificar los síntomas, de qué modo se realiza el diagnóstico, cómo se trata y, muy importante, qué alimentos pueden desencadenarla o favorecerla. Nuestro objetivo es que tengas una guía práctica y cercana para entender mejor esta enfermedad y actuar con rapidez si tu mascota la sufre.

¿Qué es la pancreatitis en perros?

La pancreatitis en perros es una enfermedad inflamatoria del páncreas, un órgano vital situado junto al estómago y el intestino delgado, cuya función principal es producir enzimas digestivas (parte exocrina) y hormonas metabólicas, como la insulina y el glucagón (parte endocrina). Estas sustancias son esenciales para la correcta digestión de los alimentos y para mantener equilibrado el nivel de glucosa en sangre.

Cuando el páncreas se inflama, las enzimas que normalmente se activan en el intestino delgado comienzan a activarse dentro del propio órgano, lo que provoca que este empiece a “digerirse” a sí mismo. Este proceso, denominado autodigestión, desencadena una respuesta inflamatoria local que puede extenderse al abdomen y afectar a otros órganos como el hígado, los riñones o incluso al sistema cardiovascular.

En sus fases iniciales, la pancreatitis puede causar molestias leves, pero si no se trata, puede evolucionar hacia una forma más grave, con daño tisular irreversible y riesgo de complicaciones sistémicas como deshidratación severa, shock o alteraciones metabólicas.

Además de su impacto digestivo, la inflamación pancreática puede alterar la función endocrina, lo que explica por qué algunos perros con pancreatitis desarrollan diabetes mellitus secundaria debido a la destrucción de las células beta productoras de insulina. Esta relación entre páncreas y metabolismo hace que la enfermedad tenga un enfoque clínico complejo y requiera un tratamiento integral y cuidadoso.

Tipos de pancreatitis canina

Según su evolución y gravedad, la pancreatitis se clasifica en dos grandes tipos:

  • Pancreatitis aguda: aparece de forma súbita y suele manifestarse con vómitos intensos, dolor abdominal y falta de apetito. Requiere atención veterinaria inmediata, ya que puede poner en riesgo la vida del animal si no se controla a tiempo. Es más frecuente tras la ingesta de alimentos muy grasos o en perros con predisposición genética.
  • Pancreatitis crónica: se desarrolla de manera lenta y progresiva, con episodios recurrentes o inflamación persistente. En estos casos, el tejido pancreático va sufriendo daños que pueden llegar a ser irreversibles, afectando su capacidad para producir enzimas y hormonas. Es común en perros mayores o en aquellos con enfermedades metabólicas previas.

Ambos tipos comparten mecanismos inflamatorios, pero su evolución y pronóstico son diferentes. Mientras que la forma aguda puede resolverse por completo si se trata adecuadamente, la crónica suele requerir manejo dietético y control médico continuado para mantener la calidad de vida del animal.

pancreatitis en perros

¿Cuáles son las causas de la pancreatitis?

La etiología de la pancreatitis en perros es multifactorial, y en muchos casos su origen exacto no puede identificarse. A continuación detallamos los principales factores que se han señalado como causantes o predisponentes:

  • Dietas ricas en grasas o ingestas repentinas de comida muy grasosa. 
  • Obesidad o sobrepeso en el perro; el exceso de tejido graso y los lípidos elevados en sangre son factores de riesgo. 
  • Hipertrigliceridemia grave (niveles muy elevados de triglicéridos séricos) que puede dañar las células del páncreas.
  • Predisposición racial, por ejemplo ciertas razas pequeñas o de mediana edad presentan mayor incidencia.
  • Enfermedades concomitantes que pueden afectar al páncreas: diabetes mellitus, enfermedades hepáticas, renales o cardiovasculares.
  • Medicamentos específicos o procedimientos quirúrgicos que pueden comprometer la perfusión pancreática o desencadenar inflamación.

Es importante destacar que, aunque estos factores incrementan el riesgo, no todos los perros obesos desarrollan pancreatitis, ni todas las exposiciones a alimentos grasos la desencadenan: la interacción entre predisposición, estado general del animal y desencadenantes puntuales es lo que suele provocar el episodio.

¿Cuáles son los síntomas de la pancreatitis en los perros?

Identificar los signos de alerta es clave para acudir al veterinario a tiempo. La presentación puede variar según la gravedad y el tipo (aguda o crónica) de la pancreatitis. Entre los síntomas más frecuentes encontramos:

  • Vómitos persistentes.
  • Diarrea, a veces con heces con aspecto grasoso o amarillentas. 
  • Pérdida de apetito, rechazo de alimento.
  • Dolor abdominal, que puede manifestarse con el perro encorvado, evitando que le toquen el vientre, adoptando una postura de “rezo” con el tren delantero apoyado y las traseras elevadas.
  • Letargo o decaimiento notable.
  • Pérdida de peso rápida (especialmente en casos crónicos).
  • En algunos casos se pueden observar signos sistémicos: fiebre, ictericia, deshidratación, dificultad respiratoria o incluso colapso en los casos graves.

Dado que muchos de estos síntomas pueden asociarse a otras enfermedades digestivas, es fundamental realizar un diagnóstico veterinario para confirmar o descartar la pancreatitis.

¿Cómo se diagnostica la pancreatitis en perros?

El diagnóstico de la pancreatitis en perros se basa en una combinación de historia clínica, examen físico, pruebas de laboratorio e imagenología. A continuación se describe el proceso habitual:

  1. Historia clínica y examen físico. Se indaga sobre la dieta del perro, episodios de ingesta inusual de grasa, vómitos, diarrea, antecedentes de sobrepeso o enfermedades concomitantes. En el examen físico puede encontrarse dolor al tocar el abdomen, postura alterada, signos de deshidratación o debilidad.
  2. Análisis de sangre y bioquímica.  Se evalúan marcadores de inflamación, enzimas pancreáticas, función hepática y renal. Aunque no existe una única prueba infalible, la medición de la lipasa pancreática específica canina (cPLI) o inmunorreactividad de la lipasa pancreática (PLI) es una herramienta valiosa.
  3. Pruebas de imagen. La ecografía abdominal es la más utilizada para visualizar el páncreas inflamado, líquido alrededor del páncreas o cambios compatibles. En ocasiones puede utilizarse radiografía o tomografía para descartar otras causas.
  4. Diagnóstico diferencial. Dada la inespecificidad de muchos síntomas, es imprescindible descartar otras patologías digestivas, hepáticas, renales o pancreáticas. Un diagnóstico preciso permite dirigir el tratamiento de forma adecuada.

Gracias a estos pasos, el veterinario en MiVet puede establecer si se trata de un episodio de pancreatitis, valorar su gravedad, su tipo (agudo o crónico) y diseñar un plan de tratamiento adaptado.

pancreatitis en perros

¿Cómo es el tratamiento de la pancreatitis en perros?

El tratamiento depende de la gravedad del caso, de si es agudo o crónico, y de las condiciones del perro en el momento de la evaluación. En MiVet aplicamos un enfoque cercano, funcional y profesional para cada paciente. Las líneas generales del tratamiento son las siguientes:

  • Hospitalización y cuidados de apoyo. En casos agudos graves, el perro puede necesitar ingreso veterinario. Se administran fluidos intravenosos para corregir la deshidratación y los desequilibrios electrolíticos, se aplican analgésicos para aliviar el dolor y antieméticos para detener los vómitos.
  • Ayuno temporal. En muchos casos se suspende la alimentación oral durante 24-48 horas para permitir que el páncreas “descanse” y se reduzca la secreción de enzimas. Después se reintroduce la alimentación de forma progresiva.
  • Dieta especializada baja en grasas. Una vez estabilizado el paciente, se inicia una dieta altamente digestible y con bajo contenido en grasa, lo que ayuda a reducir la estimulación pancreática y previene recaídas.
  • Tratamiento de causas subyacentes. Si se detecta una enfermedad concurrente (como hiperlipidemia, diabetes, enfermedad hepática) se optimiza su control para evitar nuevos episodios.
  • Seguimiento y control a largo plazo. En pacientes con pancreatitis crónica se pueden requerir revisiones periódicas, análisis de control y mantenimiento de la dieta. En algunos casos se administran enzimas pancreáticas exógenas o tratamientos inmunosupresores si se considera necesario.

Gracias a un diagnóstico precoz y un plan de tratamiento adaptado, muchos perros se recuperan bien y pueden llevar una buena calidad de vida. Según expertos, la intervención rápida mejora significativamente el pronóstico. 

¿Qué alimentos causan pancreatitis en perros?

La alimentación juega un papel clave en la prevención y el manejo de la pancreatitis canina. Algunos alimentos o patrones de alimentación pueden actuar como desencadenantes y deben evitarse:

  • Sobras de comida humana, especialmente aquellas con alto contenido en grasas (embutidos, fritos, restos de cocina). Estas pueden sobrecargar el páncreas.
  • Golosinas excesivas o snacks grasos que incrementan el aporte lipídico sin control.
  • Cambios bruscos en la dieta o introducción repentina de alimentos muy grasos o muy ricos en proteínas pueden desencadenar una crisis en perros predispuestos.
  • Alimentos con exceso de grasa sin estar adaptados al perro que ya tiene predisposición o enfermedad de base.
  • Dietas no supervisadas por veterinario en perros con pancreatitis previa o riesgo elevado.

Para prevenir la pancreatitis o controlar su evolución, en MiVet recomendamos seguir una dieta balanceada, baja en grasa, con proteínas de alta calidad, distribuidas en comidas regulares, evitando que el perro acceda libremente a restos de mesa o alimentos grasos. El control del peso corporal, así como una hidratación adecuada y ejercicio moderado, completan las buenas prácticas nutricionales.

La pancreatitis en perros es una enfermedad que puede presentarse de forma aguda o crónica, y aunque no siempre se puede prevenir completamente, sí podemos actuar de forma eficaz con la detección temprana, un diagnóstico veterinario adecuado y un tratamiento bien orientado.

En MiVet estamos comprometidos con la salud de tu mascota: te acompañamos con atención profesional pero cercana, para que tu perro reciba los cuidados que merece y tú tengas la tranquilidad de contar con un equipo que entiende tanto de medicina como de bienestar animal.

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